En publicaciones anteriores ya hemos hablado sobre estos elementos que tanta importancia tienen en determinadas empresas. A continuación te daremos algunos consejos a la hora de crear los catálogos y a tener en cuenta su acabado según el tipo de encuadernación.
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¿Qué formato de catálogos puedo elegir?
Los catálogos, van a ser una muestra, no solo de los productos o servicios, sino también de la propia empresa, por ello, su diseño y su formato tienen que estar muy bien pensados. A la hora de escoger la orientación, deberás tener en cuenta diferentes puntos que van a repercutir a la hora de la encuadernación.
Para que el acabado sea perfecto debes elegir una orientación que permita incluir toda la información y fotografías de manera que se aproveche el espacio de la mejor manera. Esto quiere decir, que hay que llenar el espacio disponible, pero teniendo en cuenta dónde vamos a colocar los márgenes para el encuadernado.
En la mayoría de las ocasiones, son las fotografías de los productos, las que determinan la orientación. Por ejemplo, aquellos productos que tienen un perfil más horizontal, como coches por ejemplo, será más adecuado elegir una orientación apaisada para este tipo de catálogos. Sin embargo, aquellos catálogos dedicados a puertas y ventanas, quizá puedan aprovechar mejor el espacio si se hace en vertical –o portrait– .
Esto va a marcar la diferencia a la hora de elegir la encuadernación, ya que según el tipo que queramos escoger, así como del tamaño, puede plantear un problema a la hora de que el contenido se lea correctamente.
¿Qué tipos de encuadernación existen?
Como decíamos, el acabado final, depende en gran parte de la encuadernación. Puede ayudarte a marcar la diferencia, a dar una imagen más profesional y diferente. Por ello, hay que tenerlo muy en cuenta a la hora del diseño y hacerlo de manera lógica.
Rústica fresada.
Es una técnica de encuadernación muy utilizada tras la impresión de catálogos. Esto se debe a que tiene un acabado moderno, limpio y hace muy fácil la visualización del mismo. Además, resulta barata en comparación a otro tipo de encuadernación, pero estás consiguiendo muy poca diferenciación frente a otros catálogos de la competencia.
El procedimiento es el siguiente. Una vez colocadas las páginas en la posición final, se fresa el lomo, esto quiere decir que se lija. Por esta razón es importante elegir bien la orientación, ya que hay que tener cuidado con los márgenes, las imágenes a doble cara etc. Si no, es muy probable que al fresar el lomo, el acabado no sea el deseado. Tras este lijado, lo que se consigue es que la cola que se aplica, penetre más en el papel y tenga mayor efectividad. Por último, se coloca la cubierta para finalizar el trabajo.
Este tipo de encuadernación tiene sus variantes, ya que hay diferentes tipos de cola que pueden aportar una mayor durabilidad y protección de los catálogos.
Encuadernación cosida.
Este segundo tipo, suele ser muy usado en libros de lectura, se trata de una técnica, que aunque se ha modernizado, es muy tradicional y se sigue utilizando. Es una manera de dar un toque más profesional a los catálogos, así como un toque diferenciador, sin dejar de lado que la cubierta puede ser blanda para asegurar la ligereza del proyecto.
Este tipo de encuadernación, consiste en dividir el catálogo en varios bloques que son cosidos de manera individual y posteriormente se unen entre ellos. Gracias a esta técnica de cosido, tus catálogos consiguen una durabilidad y resistencia extra, no debes preocuparte por si se despega la cola, las hojas están bien seguras. Después, la cubierta se une con cola de alta adherencia al lomo del catálogo para darlo por finalizado.
Es una buena opción intermedia, el tiempo de producción es similar al de la encuadernación fresada, pero más resistente, sin embargo, no tanto como la siguiente opción.
Encuadernación de tapa dura.
Esta encuadernación está indicada para libros de lectura, o similares, en los que se necesita un acabado excelente y de gran calidad. Esto no quiere decir que no pueda usarse para los catálogos, pero debe valorarse según las necesidades.
Es una encuadernación que ofrece una gran resistencia, el interior de los catálogos está altamente protegido gracias a las tapas de mayor dureza pero quizá al ser menos ligero, no sea adecuado para determinados proyectos.
La encuadernación de tapa dura, es algo más compleja, y podemos ver tres partes claves en cuanto a las cubiertas. Están creadas en cartón de hasta 2,5 mm, que posteriormente se forran y suelen estar satinadas para proteger la impresión de las cubiertas. Además, se incluyen las llamadas guardas que se colocan en la parte interior para proteger y unir mejor la cubierta a las páginas del catálogo.
Puede tener un coste mayor, pero sin duda, el acabado es mucho más resistente, duradero y profesional que las opciones de encuadernación anteriores.
Ahora, si necesitas imprimir tus catálogos, te toca valorar que orientación se ajusta más a tus productos o servicios y cuál es la encuadernación más adecuada a tus necesidades. Si tienes cualquier duda, puedes consultar con nuestros expertos. En Ferysu, hacemos realidad tus proyectos.