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¿Qué es la encuadernación en tapa dura o cartoné?

Las tapas de los libros cumplen una misión fundamental. En particular, se encargan de proteger el contenido del libro, también denominado cuerpo, del conjunto de factores que aceleran su deterioro, como  manchas que puedan estorbar su lectura, golpes que puedan causar la rotura de sus hojas, polvo o huellas.

La encuadernación de los libros garantiza así su mayor resistencia al paso del tiempo, pero también aporta un ingrediente estético de suma importancia, que en ocasiones puede incluso hacer al lector, en caso de duda entre dos libros, decantarse por el que disponga de una encuadernación más vistosa.

En este sentido, la encuadernación de los libros puede realizarse, principalmente, de dos formas: de tapa blanda o rústica y de tapa dura o cartoné. La diferencia entre ambos tipos de encuadernación radica en el material de la cubierta que recubre el libro y el grosor de este. 

Así, mientras que en la encuadernación rústica o de tapa blanda el material de dicha cubierta es de carácter flexible, normalmente de plástico, papel o cartón de menor grosor que en la encuadernación de tapa dura, en la encuadernación cartoné las tapas del libro son de cartón duro.

En este post, desde Ferysu te contamos todo lo relacionado con la encuadernación de tapa dura o cartoné, tanto en lo que respecta a su concepto, como a sus principales usos y tipos de procesos que ofrece el mercado para su producción.

¿Qué es la encuadernación en tapa dura?

La encuadernación de tapa dura es aquella en la que la parte que da cobertura al libro de forma externa está fabricada de un material rígido y robusto, el cartón duro. Esta cubierta queda unida al cuerpo del libro a través del lomo, ya sea cosido o mediante la aplicación de cola especial.

Por tanto, se trata de un tipo de encuadernación que dota a los libros que optan por este tipo de tapas de mayor cuerpo, presencia y calidad que los de tapa blanda. Como consecuencia, la encuadernación de tapa dura se utiliza con carácter habitual para la cobertura de libros de especial envergadura como novelas, atlas, monografías o biografías, entre otros. 

¿Qué ventajas ofrece la encuadernación cartoné?

La encuadernación en tapa dura o cartoné garantiza una mayor durabilidad de los libros que la encuadernación de tapa blanda, por lo que resulta una opción ideal para la encuadernación de todos aquellos manuales cuya consulta se requiere de forma reiterada y por largos periodos de tiempo.

Por otro lado, frente a la encuadernación rústica, la encuadernación de tapa dura ofrece una mayor variedad de acabados, dando la posibilidad de elegir tapas con relieves y otro tipo de texturas, lo que hace los libros más llamativos y profesionales.

Técnicas de encuadernación en tapa dura

En cuanto a las técnicas de encuadernación en tapa dura, nos referimos a los procedimientos artesanales o industriales que permiten enlazar la cubierta del libro con el taco de hojas que integra su contenido. Este proceso cuenta con varios pasos:

Confección de cuadernillos

En primer lugar, y dado que la encuadernación de tapa dura se utiliza para la encuadernación de libros de un gran número de hojas, se procede a unir las hojas del cuerpo del libro entre sí en cuadernillos, mediante cola o cosiendo las hojas de cada cuadernillo entre sí.

Unión del cuerpo del libro al lomo de la cubierta

Una vez confeccionados dichos cuadernillos, se procede a su unión con el lomo de la cubierta. La unión del mazo de hojas con el dorso de la cubierta, de nuevo, puede llevarse a cabo mediante la aplicación de cola o mediante cosido. 

Sin embargo, tratándose de libros de especial tamaño o donde el papel de sus hojas reviste especial grosor, resulta más recomendable coser el cuerpo del libro al lomo para unir su contenido a la cubierta.

A su vez, existen dos formas de llevar a cabo este cosido, según se trate de cosido simple o lateral. Mientras que el cosido simple es aquel que se produce a lo largo del lomo del libro para unir las hojas a la cubierta exterior de forma vertical, el cosido lateral no se realiza a través del dorso, sino horizontalmente.

Unión del cuerpo del libro con las tapas de la cubierta

El último paso consiste en dejar perfectamente ensamblado el contenido del libro a la cubierta mediante la inclusión de guardas en las tapas que se enlazan con la primera y la última página. 

Estas guardas pueden ser de papel o tela y garantizan que el libro forme una unidad compacta de especial resistencia.

Además, en ocasiones se opta por cubrir las tapas de la cubierta por algún material que permita ofrecer una mayor durabilidad del libro, como el plástico.

Como consecuencia de la mayor calidad y rigidez de los materiales empleados en la encuadernación de tapa dura o cartoné, así como de la mayor complejidad de su proceso de elaboración, la encuadernación de tapa dura tiene un coste mayor que la encuadernación de tapa blanda, mucho más económica.

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